jueves, 27 de septiembre de 2007

Grecia y Turquía

Agosto del 2002. Llegan por fin las vacaciones. El destino estaba claro: nos vamos a Grecia y Turquía en moto. Se consultan guías de viajes y se contacta con las respectivas oficinas de turismo de estos países consiguiendo más información. Nuestro sistema de viaje en moto siempre es el mismo: se determina que país visitar y cuales son las ciudades o lugares de interés y, a partir de aquí, realizamos una ruta. Conocemos el día de partida pero no el de regreso. Tenemos por delante un mes de vacaciones. La climatología, las incidencias del viaje y básicamente el gasto nos marcará el regreso. Siempre partimos sin reserva de ningún tipo. Esta forma de viajar plantea una serie de ventajas e inconvenientes pero realmente lo preferimos así.
La ruta en principio es la siguiente: cruzar Francia e Italia hasta llegar a la ciudad portuaria de Ancona, en el mar Adriático. Ahí cogeríamos un ferry que nos llevaría hasta Grecia, concretamente a Patras. Visitaríamos con detenimiento el Peloponeso y subiríamos a Atenas. De Atenas seguiríamos la costa hasta llegar a la frontera con Turquía. Este país no entraba en nuestros planes iniciales pero acordamos visitar Estambul y en función de cómo fueran las cosas adentrarnos en el interior puesto que la información de que disponíamos era muy atractiva. De Grecia también se descartó la visita a las islas muy a nuestro pesar, pero no estábamos dispuestos a gastar parte del presupuesto en trayectos en barco. Las islas griegas merecen otro tipo de viaje: un crucero.
Nuestra moto es una BMW R1150GS. Equipa maletas laterales y sobredeposito original BMW. No dispone de ABS. El único accesorio son los puños calefactables –recomendables si utilizas la moto durante todo el año- y las defensas de los cilindros. Se ha acoplado también un cofre de mi anterior moto para disponer de mayor capacidad de equipaje. No se hizo ninguna revisión especial puesto que la moto estaba en perfecto estado y tan solo se cambiaron los neumáticos. En esta ocasión se montaron unos METZELER TOURANCE.
1er día) Nuestra intención el primer día es hacer el mayor número de kilómetros pero sin marcarnos ninguna meta. Queremos cruzar Francia hasta llegar cerca de la frontera con Italia para quedarnos a dormir en un hotel

Formula 1
. Si no conocéis esta cadena de hoteles os los recomendamos especialmente pues son baratos y muy correctos. Además, puedes llegar a horas intempestiv
as que en su fachada hay una especie de cajero automático que con tu tarjeta de crédito reservarás tu mismo la habitación y accederás al hotel con una clave que se te habrá facilitado. Sobretodo mantened una especial atención en la seguridad de las motos, pues aunque el parking parezca seguro tenemos noticias desagradables al respecto.
Salimos de Manresa por el Eje Transversal C-25 hasta Gerona donde conectamos con la autopista hacia Francia: Perpiñan, Beziers, Montpelier, Nimes, Arles, Aix-en-Provence y Antibes. Por esta zona tenemos pensado quedarnos a dormir puesto que hay un Formula 1, pero como era temprano continuamos el camino. Entramos en Italia y seguimos: San Remo, Imperia, Savona dirección Génova y aquí nos plantamos.
Hemos cubierto 900 Km. Después de hacer algunos tanteos encontramos un hotel mediocre pero barato. La ciudad no tiene encanto alguno y es más bien fea.
2º día) Salida desde Génova: Alessandria, Piacenza dirección Parma, Módena, Bologna, Imola, Rimini, Pesaro y finalmente Ancona. En Ancona tenemos que coger un

ferry
que nos llevará hasta G
recia. No tenemos hecha ninguna reserva pero un colega -viajero incansable- nos comentó que no tendríamos problema.
Disponíamos de información a través de Internet de las compañías y las tarifas. Pensábamos coger el pasaje sencillo de cubierta a la ida -que íbamos descansados- y a la vuelta coger camarote, pero los números cantan. Finalmente cogimos billete de ida y vuelta en cubierta y en abierto, es decir, podíamos volver de Grecia cualquier día desde cualquiera de los dos puertos: Patras o Igoumenitsa. Los pasajes para dos personas más la moto nos valió 280€, y a la vuelta tuvimos que pagar 20€ más en concepto de suplemento por regresar en temporada alta.
Después de todos los trámites disponíamos de una hora para el embarque. Nos esperaban por delante 19h de barco.
Compramos algunas provisiones y buscamos un lugar tranquilo para organizarnos: maletas abiertas y a despelotarnos. No estábamos dispuestos a pasar la travesía vestidos de romanos. Nos pusimos ropa ligera y calzado adecuado, organizamos una mochila con lo más indispensable y las botas y cazadoras las metimos como pudimos en las maletas o atado con una red. Llegada la hora embarcamos. Nuestro barco, de la compañía Fast Ferry, era muy nuevo y bonito. Aguantamos todo lo que pudimos de cubierta en cubierta, por los bares y diferentes ambientes del barco hasta la medianoche. Después, fuimos a buscar “habitación”. En un pasillo interior de acceso a los camarotes estiramos nuestros sacos de dormir en la mullida moqueta e intentamos pasar la noche como buenamente pudimos.
3er día)
A las 8h, personal del barco despierta amablemente a todos los durmientes para que todos los pasillos queden libres. Desayuno y a tomar el sol en cubierta.
Tenemos que adelantar una hora nuestros relojes.
Llegamos a nuestro destino. Nervios y caos al salir del ferry: estamos en Grecia.Paramos para adaptar nuestra vestimenta al uso de la moto y salimos de Patras sin tener las ideas claras. Patras asusta y la manera de conducir de los griegos también. La ciudad está llena de desguaces de vehículos, montones de ellos apilados pero curiosamente recortados. Has leído bien, recortados. Ahí creo que recortan la parte aprovechable de un vehículo accidentado y la guardan toda entera como recambio.
Decidimos coger la carretera paralela a la costa dirección Corinto y sin hacer muchos kilómetros parar en un sitio atractivo. Nos quedamos en Diakofto.
4º día) Partimos de Diakofto con la intención de dirigirnos a

Olimpia
por el interior y aprovechar la visita a unos monasterios por el camino. Cogemos una carretera de montaña y poco transitada en dirección a Kalabrita. Visitamos los monasterios de

Monasterio de Mega Spileo
y Monasterio de Ag.Lavra.

Continuamos el camino parando a comer en Klitoria. A media tarde llegamos a Olimpia y visitamos todo el recinto. De Olimpia seguimos dirección sur paralelos a la costa con la intención de buscar sitio donde dormir. Nos quedamos finalmente en Kiparissia.
Buscamos directamente el hotel aconsejado por el trotamundos y ahí nos quedamos. Aprovechando las últimas horas de sol nos fuimos a tomar un baño en la playa.
5º día) Proseguimos el viaje paralelos a la costa

entre olivos y pequeñas iglesias
bajo un sol abrasador. Por el camino


paramos a darnos un chapuzón
y después en Finikoundas hacemos picnic en un parque. Seguimos hasta Kalamata con mucho calor, el asfalto está ardiendo y la temperatura que desprende el motor de la moto tampoco ayuda. De nuevo baño en la playa y a seguir haciendo kilómetros no sin antes coger prestados unos higos buenísimos. El tramo de carretera que hicimos entre Kalamata y


Gerolimenas
fue una autentica gozada
que solo se truncó por la elevada temperatura. Carretera estrecha de curvas con muy poco tráfico y un paisaje maravilloso, llena de iglesias y con la típica arquitectura de las casas de esta región: el Mani.
Llegamos a Gerolimena sin proponérnoslo pero ya sufriendo por encontrar un sitio donde dormir dado que se nos había hecho muy tarde.

Gerolimena
es encantador. Un pequ
eño puerto bajo un acantilado impresionante y poco explotado turisticamente. Solo hay dos o tres sitios donde dormir. A nuestra llegada, la gente estaba cenando en las terracitas a pie de mar. Aquí tuvimos una de las sorpresas más reconfortantes del viaje y es que ciertamente te das cuenta que las cosas pasan cuando han de pasar, ni antes ni después. En el hotel donde entramos a pedir habitación nos dicen que esta lleno pero que aguardemos unos minutos puesto que estaban atareados con los clientes que estaban cenando y ya se encontraría una solución.Al poco sale el dueño del hotel y nos hace un gesto.
Subimos a su Mercedes y gas a fondo; ¿Dónde vamos?, preguntamos al griego, tengo una casa muy grande a las afueras del pueblo. Normalmente la alquilamos a familias durante el verano pero aún la tenemos vacía. Ahora estoy jubilado y me encargo del hotel pero yo antes era marinero. He estado mucho en España y guardo muy buenos recuerdos. Tendréis toda la casa para vosotros y os costará el mismo precio que la habitación del hotel.
Fue una estancia inolvidable, quizá el mejor recuerdo de todo el viaje. Estábamos solos en una casa perdida entre matorrales,

con una terraza enorme
desde donde se podía contemplar las lucecitas del pueblo, el
mar y el reflejo de la luz de la luna en la masa rocosa del impresionante acantilado; un sueño.
día) A la mañana siguiente nos despertó un ruido extraño. Era un burro que se arrimaba a la moto buscando el frescor de su sombra. Partimos de

Gerolimena
en dirección a Esparta dando un rodeo precioso por la zona del Mani.
Esparta es la referencia pero realmente donde vamos es a

Mystra
a 5 Km. Se trata de una ciudad medieval en ruinas que fue en su tiempo muy importante como centro cultural y donde las iglesias han mantenido el tipo a pesar del paso de los años. Merece la pena pero no cometáis el error de visitar este conjunto al mediodía cuando el sol castiga y con indumentaria motera.
Marchamos de

Mystra
en dirección a Trípoli para seguidamente dirigirnos a

Nafplio
de donde tenemos referencias que es un sitio muy bonito aunque turístico. La carretera entre estas dos ciudades fue una auténtica gozada, bien asfaltada y señalizada, con muchas curvas, poco tráfico y buen grip. En
Nafplio
no había alojamiento y nos quedamos a dormir en un pueblo cercano, Assini.
7º día) Hoy queremos hacer dos visitas a lugares de interés y hacer noche en Atenas. Nos vamos a ver el teatro de Epidauro, a unos 30 Km. de donde estamos. El teatro es precioso, enorme y muy bien conservado. Al parecer su capacidad llega a las 14.000 entradas y su acústica es extraordinaria. El siguiente punto de interés es

Micenas
. Las ruinas se dividen en dos emplazamientos diferentes. Aquí pudimos ver la tan esperada

Puerta de los Leones
, el tesoro de Atreo y varias tumbas.
Partimos de este lugar en dirección a Corinto y Atenas. El famoso estrecho de Corinto lo vimos fugazmente al pasar por encima desde la autopista que nos llevaría a Atenas.
Y bien, ya estamos en la capital. Encontrar un sitio donde dormir fue una cruz pero al final lo conseguimos y además en el céntrico barrio de Plaka, aunque hemos de reconocer que era un cuchitril. Descargamos los trastos y dejamos la moto bien atada ya que la visita a Atenas la haremos sin ella.
8º día) Hoy toca patearnos

Atenas
. Visita al recinto de la

Acrópolis
, el Olympeion,

El Estadio
, pero tampoco profundizamos mucho más. He de reconocer que nosotros como pareja somos el blanco y el negro. Yo visitaría todos los lugares de interés artístico y cultural y mi compañera no soporta ver museos, pero en cambio tiene un don para descubrir la auténtica riqueza de todos los países que visitamos: su gente.
Nos fuimos a ver el mercado del pescado y la carne. Que Grecia es un país sucio ya éramos conscientes, que los griegos son un tanto dejados por no decir otra cosa también, pero el mercado no nos dejó duda: ¡son unos guarros! -con todo el cariño-. Entramos en el mercado y un ambiente malsano nos golpeó los rostros. Dimos unos pasos atrás y encendimos sendos cigarrillos para camuflar el hedor.
Curioso, realmente curioso. No puedo llegar a entender como la carne expuesta es apta para el consumo. Los mostradores, los vendedores y el suelo son del mismo color. ¿Dónde están las cámaras frigoríficas?. Salimos del mercado pasando por la zona del pescado (mucho más higiénico) y entramos a una taberna para comer algo.
El lugar es surrealista. Muchos de los ahí presentes son trabajadores del mercado que aprovechan la cercanía para ir a comer. ¡Pero por Dios! ¿No podrían asearse y quitarse la bata de trabajo totalmente ensangrentada antes de sentarse a la mesa? Pese a ello, hemos de reconocer que es de los lugares donde hemos comido mejor en Grecia. Anduvimos mucho en
Atenas
pero como es lógico nos perdimos muchas cosas. No podíamos ir a Grecia y no visitar su capital, pero realmente no era la atracción del viaje. Una ciudad donde llega el turismo de masas se desvirtúa en su esencia y más aún en temporada alta. Nosotros disfrutamos mucho más de ciudades medias, abarcables, donde el menú del restaurante esté solo en la lengua del país aunque después no sepas lo que pides.
9º día) Partimos de

Atenas
con la intención de hacer el mayor número de kilómetros para acercarnos al siguiente destino: Estambul. El turismo que queríamos hacer en Grecia ya estaba cubierto (Peloponeso y Atenas) y solo nos quedaba Meteora que lo haríamos a la vuelta.
Mi intención era coger la carretera general en dirección norte más cercana a la costa pero al salir de Atenas accedí a la autopista y ya no la dejé. Las ciudades se iban sucediendo: Lamia, Larissa, Katerini... Por esta zona salimos de la autopista para comer. Encontramos un supermercado y compramos cuatro cosas que comimos ahí mismo para no perder mucho tiempo. Este tipo de “menú” lo realizamos habitualmente cuando estamos en ruta y siempre intentamos hacer una comida decente al día, aunque en este viaje hemos abusado en demasía del super.
Continuamos devorando asfalto en dirección a Tesalónica y finalmente llegamos a Kavala. Hemos hecho 700 Km. aproximadamente.
Después de un par de intentos encontramos un hotel asequible, limpio, correcto y por fin con un cuarto de baño como Dios manda. Descargamos los bártulos, bañador y a la playa. Estuvimos muy bien en Kavala.
10º día) Arrancamos de nuevo el viaje en dirección a Xanthi, Komotini, y Alexandroupoli hasta llegar a la

frontera con Turquía
.
Tened en cuenta el consumo de combustible puesto que a partir de Komotini las gasolineras escasean. Control de entrada en el puesto fronterizo y acto seguido nos indican que vayamos a un edificio. Somos conscientes que para entrar al país -a parte de los pasaportes- necesitamos visado. En una oficina nos hacemos con el visado previo pago de 20€ más 6€ por la moto. El acceso al país con un vehículo precisa de un documento de entrada. Primer problema: en los papeles de la moto mi nombre es José y en el pasaporte pone Josep (mi nombre en catalán). Al final parece que lo entendieron. Sellan los pasaportes y nos dicen que han terminado, podemos marchar. Cogemos la moto y con todos los papeles en la mano nos plantamos frente a la barrera y empieza el juego: nos mandan de nuevo al primer control. De España no sé si conocen mucho pero desde luego el arte del toreo lo dominan. ¡Y dicen que quieren entrar en la zona euro! Después de un par de capotes más nos dejan marchar.
Iniciamos el camino con ganas de dejar atrás el mal rato pasado en la frontera. De hecho se ha de reconocer que lo tienen bien estudiado. Primero te exasperan en la frontera una hora para acto seguido cazarte con un radar. ¡Sí señores! La primera denuncia que me ponen en la vida y tiene que ser en Turquía. El pago se tenía que realizar en el acto y nosotros no llevábamos suficientes liras turcas y en euros no disponíamos/n de cambio. Después de marear la perdiz y sin dejar de atender a otros clientes, anotaron el hecho de la denuncia y la cuantía (40.700.000 liras turcas) en la hoja de entrada del vehículo que hicimos en la frontera. De esta forma se aseguraban que la moto no pudiera salir del país sin el pago de la denuncia.
Continuamos el viaje con la moral realmente baja, resentidos y humillados. Primero la frontera y después esto. La entrada en Turquía fue realmente mala. El único consuelo era que la denuncia al cambio era poco dinero. Pasamos Ipsala, Tekirdag y nos acercamos a Estambul un tanto a ciegas pues no disponíamos de un mapa detallado y el entramado de carreteras que llevan a la ciudad es un poco complicado. ¡Es increíble! Me pierdo cada vez que voy al IKEA (por decir algo) y en cambio llegamos al centro de Estambul un domingo por la tarde y a la hora de la oración. Empezamos el rosario de cada día buscando alojamiento. Damos con una oficina de información turística en una estación de tren. No les queda ningún mapa pero nos indican la zona donde conseguir habitación por un precio razonable. ¡Ya tenemos mapa de Estambul! Hay uno tirado en el suelo. Encontramos con bastante facilidad un hotel de tres “b” (bueno, bonito y barato). La moto duerme en la calle frente a la recepción del hotel. De hecho todos los días ha dormido en la calle y solo he tenido cierta sensación de peligro durante nuestra estancia en Atenas. Dimos una vuelta por la ciudad y a dormir. Por el canal internacional del hotel veíamos todo centroeuropa inundada y en cambio a nosotros no nos había caído una gota en todo el viaje y así continuaría hasta el regreso a casa.
11º día) Visita a pie del centro de

Estambúl
. Primero quisimos dejar solucionado el tema de la denuncia para evitarnos sorpresas en la frontera. Vamos a una oficina bancaria. Ahí nos dicen después de hacer varias comprobaciones que mejor vayamos a una especie de jefatura o delegación. Ya en estas dependencias quien nos atiende “flipa”. No debe ser habitual que un extranjero vaya a pagar directamente una denuncia de tráfico en las propias oficinas utilizadas para este menester. Damos por zanjado el asunto y nos proponemos conocer la ciudad.

Visitamos el Palacio

Topkapi
, un recinto amurall
ado bastante grande donde en su interior se encuentran numerosas estancias y dependencias -el harén inclusive- de los sultanes, con bonitos jardines y una maravillosa vista del Bósforo. Por la tarde, nos dedicamos a visitar las dos mezquitas más importantes: la Mezquita Imperial de Sultanahmet –más conocida como la Mezquita Azul- y la

Basílica de Santa Sofía
, actualmente denominada el Museo Ayasofya.

Mi mujer iba preparada para estas visitas con dos pareos, uno atado en la cintura pese a ir con pantalones y el otro cubriendo la cabeza y los hombros. La visita cultural no llegó a más y con seguridad nos perdimos muchas cosas, pero como ya he comentado antes lo hacíamos todo a pie para descansar un poco de moto.
La verdad es que no apetece circular por calles caóticas de tráfico, conducciones temerarias y tranvías que aparecen por donde menos te lo esperas. También fuimos de compras a un bazar, todo un submundo dentro de la ciudad. Son enormes y están abarrotados de productos a la espera de incautos turistas como nosotros. Es agobiante el interés comercial de los vendedores y eso se hace extensible a los trabajadores de bares, restaurantes y todo tipo de establecimientos. Para despedirnos de la ciudad por la noche fuimos a un fumadero de pipas de mar. Entramos en el local y nos hicimos preparar una pipa con aroma de manzana de entre los muchos que al parecer hay. Estos locales son muy concurridos por los estudiantes –aunque ahora está invadido por turistas- donde pasan un rato de relax y conversación, fumando sus pipas y sorbiendo el delicioso té.
A la mañana siguiente teníamos que decidir si iniciábamos el camino de regreso a casa o por el contrario, nos adentrábamos al interior del país para ver la zona de la Capadocia y otros lugares de interés.
Yo realmente no tuve buenas sensaciones en Turquía. Mi concepción del país quizá era muy limitada pero no tenía la predisposición para pasar más días. Personalmente creo que es un país con potencial y atractivo suficiente para el turismo en moto siempre y cuando sepas escapar de la “trampa” turística. Pero en

Estambúl
no puedes escaparte y el primer contacto con el país fue más bien agrio.
Por la mañana iniciaríamos el camino de regreso.
12º día) Abandonamos el hotel con el firme propósito de realizar la última visita a la ciudad: cruzar el

Puente del Bósforo
.
Se trata de uno de los puentes colgantes mayores del mundo que une Europa y Asia. Ya en el lado asiático, compramos un poco de fruta en un típico mercado y nos volvimos a Europa por el mismo camino para enlazar acto seguido con la carretera que nos llevaría de nuevo a la frontera con Grecia. Tenemos que ir con precaución puesto que los controles de radar son numerosos. Nos encontr
amos de nuevo en la frontera y mi mujer vuelve a desplegar sus dotes para la intendencia mientras yo aguardo controlando la moto renegando para mis adentros. Volvemos a sufrir el mismo numerito que cuando entramos en el país pero finalmente dejamos Turquía a nuestra espalda. Regresamos por el mismo camino y en Xanthi nos quedamos a dormir.
13º día) ¡Me muero! La comida de ayer noche no me ha sentado bien y...me muero. Hoy queremos llegar a


Meteora
, pero las primeras horas de camino se hacen bastante duras. Seguimos por el mismo camino que a la ida hasta Tesalónica.

Ahí nos desviamos en dirección a Veria y continuamos hasta Kozani, Grevena y finalmente Kalambaka donde hacemos noche. Por la tarde mientras hacíamos esta ruta hemos tenido el único susto realmente importante de todo el viaje. Circulábamos por una carretera estrecha de montaña cuando entré demasiado fuerte en una curva, hice un recto invadiendo el otro carril hasta que a última hora corregí con una tumbada a muerte. ¡Uf! No quiero pensar lo que podía haber pasado de bajar un vehículo por el otro carril. Un error puedes pagarlo muy caro cuando vas en moto.
Nos encontramos en Kalambaka. Nos hospedamos en un hotel acogedor y es el primero y único que encontramos en todo el viaje con parquing. Por la mañana visitaremos los monasterios de

Meteora
.
14º día)

Los Meteoros
son un conjunto de monasterios de los S. XIV y XV “suspendidos en el cielo” pues se yerguen en lo alto de las rocas. En su época de esplendor hubo hasta 24 monasterios pero ahora solo quedan 6 habitados por monjes.

Los Meteoros
reciben un gran número de visitantes y no es de extrañar.

La contemplación del paisaje y la belleza de estas construcciones monásticas es todo un regalo para la vista. Después de visitar toda la zona fuimos al hotel para recoger el equipaje y nos disfrazamos de motoristas, pues hoy teníamos que llegar a Igoumenitsa para embarcar de vuelta a Italia.
Llegamos al puerto a una hora prudencial donde localizamos las oficinas de la compañía Fast Ferry. Estuvimos una hora con la incertidumbre de poder embarcar puesto que al parecer el pasaje estaba completo y como nosotros íbamos con unos billetes que no concretaban el día de embarque no teníamos preferencia, por así decirlo. Finalmente no hay problema y a la hora determinada embarcamos rumbo a Italia con cierto nerviosismo y también con un poco de nostalgia por dejar atrás los rincones y momentos vividos en Grecia y Turquía.
Nos esperan por delante 15 horas de barco que intentaremos pasar como buenamente se pueda.
15º día) Llegamos a Ancona. ¡Tened cuidado durante la operación de entrada y salida del barco con la moto! El suelo metálico del barco y los restos de líquidos dejados por los vehículos pueden poner en aprietos la estabilidad de la moto y no digamos la frenada. Lo comento por experiencia pues a la salida por la rampa el freno no obedecía. Iniciamos el camino de regreso siguiendo la misma ruta de ida, pero tenía en mente hacer parada en la República Italiana de San Marino para enseñarla a mi mujer dado que mantenía un buen recuerdo de mi estancia durante el Rally FIM del 94.
Al iniciar camino en Ancona ya advertí malas sensaciones con la moto, pero al llegar a San Marino era evidente que algo no iba bien. Dimos una vuelta a pie por el centro infestado de gente y al volver con la moto y arrancar los primeros metros, la rueda de atrás se movía más que el saldo de mi cuenta corriente.
-¿Porqué nos tiene que pasar esto ahora?
-¡Aguanta dos días más y llegamos a casa!
Pero no, de esta forma no podíamos llegar.

La moto estaba averiada
y mis sospechas eran ciertas: se había vuelto a romper el cojinete trasero de la cardan. Y digo vuelto porque al año y un mes de comprarla ya se rompió inexplicablemente y ahora este cojinete solo ha aguantado nueve meses. Paramos frente a una tienda de motos y preguntamos por el concesionario más cercano que resulta que está en Rimini. Imposible llegar si no es con una grúa.
La tienda, en todos momentos muy amables y corteses, realiza varias llamadas a Rimini pero está cerrado por vacaciones y lo mismo ocurre con el siguiente más cercano, Pesaro. A todo esto, solicitamos a través de nuestra asistencia en viaje una grúa que finalmente nos tendrá que llevar a Cervia dado que es el concesionario más cercano que se encuentra abierto y repara motos. Agradezco desde aquí la gentileza de la tienda de motos, del conductor de la grúa y como no del taller donde nos repararon la moto.
Nos encontramos en un concesionario BMW en Cervia a las seis de la tarde de un viernes. El cojinete no lo pueden pedir hasta el lunes, el martes llega y -si no hay problemas- la moto puede quedar reparada por la tarde. ¡Estupendo! Cuatro días encallados en Cervia. Los del taller -Sport Auto- nos encuentran finalmente un hotel donde dormir y nos llevan hasta el lugar no sin antes improvisar un equipaje de urgencia puesto que las maletas y el equipo de moto se quedan en el taller. “Al mal tiempo buena cara”. Y eso es lo que hicimos: sol, playa, piscina y...dos días en un hotel y otros dos en otro pues en el mes de agosto y en un lugar turístico a ver quien es el guapo que encuentra alojamiento sin tener reserva.
16, 17, 18) Cervia, Cervia, Cervia. Sin comentarios.
19º día) A las cinco de la tarde estábamos en el concesionario esperando la entrega de la moto. El recambio había llegado pero faltaba la reparación. Mientras, hago enviar desde casa -por fax- una copia de la factura del cambio del primer cojinete hace apenas 9 meses, para hacerlo entrar en garantía. Este primer cojinete lo cambiaron en garantía y yo pagué la mano de obra. En Italia me dicen que no pueden hacer entrar este segundo cojinete en garantía puesto que no lo pagué, y no pueden hacer una garantía de otra garantía. Y yo me pregunto: ¿Qué tendrá que ver que haya pagado o no el primer cojinete si todo recambio original ha de tener una garantía de fabricación? ¡Pues no! Ha pagar 285€ por la reparación. Me dicen en el taller que el problema no es tanto el cojinete sino su alojamiento que se ha hecho grande y que por ello acaba deteriorándose. Este problema lo tenían que haber detectado en el primer cambio y me recomiendan que realice la reclamación correspondiente a BMW España.
Pasadas las siete de la tarde la moto está a punto. Marchamos a una hora muy inapropiada para hacer kilómetros pero no aguantamos un día más en Cervia aunque no hemos estado nada mal.
Partimos al atardecer dirección Bologna y Parma. En Parma bajamos directamente hacia La Specia para continuar hasta Genova. Todo el camino lo realizamos por autopista pero me comentó un motorista italiano que la carretera que une Parma con La Specia es una de las más bonitas del norte de Italia (Alpes a parte) pero entrada la noche es mejor contar con la “seguridad” de la autopista. Dejamos atrás Genova y pasados 24 Km paramos en un área de servicio. No hemos hecho muchos kilómetros pero salimos muy tarde y a mi entender la moto no es amiga de la noche.
Estábamos mentalizados en dormir en cualquier sitio y así lo hicimos. Estiramos nuestros sacos en un rincón y pasamos la noche como pudimos. Fue una noche larga. El ruido del tráfico –especialmente de los camiones- no dejaba conciliar el sueño. Además, al parecer nos tumbamos sobre un hormiguero. El desasosiego de la noche dio paso a las primeras luces del día. Una brisa húmeda del mar nos despertó con cierto malestar. Desayunamos en el bar de la gasolinera con más pinta de okupas que de motoristas. Casualmente, aquí nos topamos con el primer motorista español –por cierto de Barcelona- que encontramos durante todo el viaje y con una BMW Adventurer. ¿Dónde han ido de vacaciones este año los motoristas españoles? Emprendemos el viaje de regreso a casa siguiendo el mismo camino realizado a la ida. Todo transcurrió sin ningún problema y a las 7 de la tarde ya estábamos en casa.
Las vacaciones han finalizado. Han sido 20 días de viaje cubriendo un total de 6.434 Km en moto a través de 4 países diferentes, más 34 horas de barco.

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